Pequeño, redondo, de sonido espectacular. Razón, CD


Parece que fue ayer cuando nos resistíamos a dar el salto, a pesar de que todos los indicios - técnicos y comentados - nos hablaban de una nueva forma de escuchar música. 
Pureza de sonido, calidad digital - y no sabíamos bien qué era, pero sonaba a evolución - y esas leyendas urbanas de que por fin los discos ni se ensuciaban, ni se rayaban ni se partían.

La sustitución del vinilo por el digital tuvo el impulso típico de la novedad bien vendida, y la pereza necesaria del que debe re-coleccionar, algo a lo que nos ha habituado y mucho el vídeo en su guerra horizontal y vertical de estándares y formatos que a su vez ha tirado y bien del hardware complementario - esos televisores sin líneas, esos televisores que se salen de su marco -

Los 30 años de CD han demostrado que la tecnologías bien concebidas y que satisfacen necesidades, pueden durar y hasta cambiar por completo industrias, a pesar de que con el tiempo - y más, en digital, que no hay quien lo pare - le salgan tecnologías contestonas - mp3, mp4 - o llamamientos hacia la revolución retro - el neo-vinilo -
Pero al pequeño disco, que le quiten lo "bailao"

Techie-luxury, o la nueva medida puede ser el quilatebyte


¿Neo-barroquismo? ¿Nueva joyería-fusión? 
El lujo quiere no perder comba, sacrificando algo de tradición por los tiempos modernos. 
A cada año, el diseño joyero se inclina un poco más hacia la estética tecnológica, y cada creador, a su aire, que pare eso es lujo...y las propuestas, mientras sean caras y deseables...

No diga fono, diga Pono (o que tiemble el iPod)


En lo que parecía el territorio conquistado por Apple y iPod, se cuela el Pono, evangelizado por un Neil Young "rebelado" contra el audio comprimido, o ese parece ser el impulso. 
Y nada más se sabe, salvo que ya hay discográficas - bueno, ya multinacionales del entertaiment - que apuestan y seriamente. 

¿Revolución? ¿Mordedura al gran pastel Apple? Hemos vivido esto antes, y hace falta más que un buen "hype" y un puñado de celebrities para tratar de destronar al que hace años se auto-coronó vitalicio. 

Pero en cualquier caso, los de Tim Cook no pueden solo vivir de la herencia dinástica