Sitios para mejor olvidar...o no



El branding espontáneo de "pequeña población que se hace famosa" puede que sea flor de un día, pero los libros de historia le hacen siempre hueco.

Guernica es la "mancha" de España. Maastrich es inseparable del nuevo concepto "Europa". Davos es donde los "ricos e influyentes" profetizan. Mostar es donde la guerra se hizo "cercana". Sietes, donde se lanzó el nuevo Windows...

Alcorcón es ya y desde hoy, el lugar de la verguenza (para unos) y de la gloria (para otros). Unos cuantos goles que rasgan profundamente la marca, y la costura no puede ser a base de remiendos.

Como era eso de "éramos pocos y no se qué se le ocurrió hacer a la abuela"



Como los 100.000 hijos de San Luis, las 450.000 amas de casa salen al rescate de los maltrechos hogares españoles, tratando de hacerse hueco en el todavía más maltrecho mercado laboral español. Y a ellas se les unen los 266.000 prejubilados, que no pueden estirar más las indemnizaciones recibidas y ven que el tema va para largo, y a cada mes - aunque lo intenten esconder - agujeros más hondos.

Las peores previsones macroeconómicas no podían esperar tamaña estampida, en una secuencia que no siendo toda de golpe, pues casi. Y no solo es que se engorde esa cifra que ya da pánico - y verguenza nacional - sino que a ver cómo se absorbe y se endereza todo esto. Porque sabiendo que dinero no hay, lo que nos faltaba es saber que todavía hay más a por menos, y el hambre hace morder.

A los de "San Luis", llamados deseperadamente por un rey absolutista de afrancesadas tendencias, se les echó a bayonetazos, y a pedradas donde no había fusiles. Esta España de ahora y con las gentes estando muy revueltas ya no necesita de este tipo de provocaciones para alzarse en "armas".
Cuando se trata de pan, no habrá compasión ni con mujeres, ni con "ancianos". Y puede que ni con los "niños", esos de la vida por hacer y tratando de encontrar su primer sueldo decente.

Only this?



Mucho hay que querer a Michael Jackson para tenerlas todas, comprarme This is it y ver que son las de siempre, más un poema y cuatro demos. Ah! Y un cuadernillo de fotos.
Lo cual me da que pensar en si es un marketing bien hecho, si de verdad hay muchos como yo a los que no les es suficiente ir a itunes porque necesitas el maldito "hardware", si queda alguno por el mundo sin sus "greatest hits" y más "greatest hits" es inflación de marca o directamente, marca hiperhinchada ya.

Entiendo lo de la película, en un marketing "de legado", echando mano de los "últimos momentos" y aprovechando los pantallones de cine para hacerle más eterno (aunque me falta el 3D). Pero el producto complementario me parece excesivamente "coleccionista", muy en un enfoque early adopter, pero al revés.

No habría costado nada llenarlo de rarezas, de ensayos truncados, de canciones creídas perdidas en los estudios de grabación o en lo más recóndito de Neverland.

Y seguramente Michael lo habría pensado así, si hubiera anticipado su muerte. Y no este "It´s only this" que yo sí compro, que puede que regale, pero que me deja con las ganas.

¿Quién es el verdadero zombie en todo esto?



Evidentemente, algo como la Iglesia no puede estar con el tempo del marketing, que en casi todas las ocasiones, es el tempo de la sociedad y la vida que le toca o ha querido vivir. Que a estas alturas de la película se declare que Halloween y lo que comporta, atenta contra sus principios es una reacción destemplada y "destiempada".

La vieja historia de los ritos paganos anti-cristianos, esos que hacen revivir a los muertos - uuhhhhh - desenpolvar bonitas leyendas - como la del descabezado Sleepy Hollow, en el que solo parece todavía creer Tim Burton - y hacer que los niños se lo pasen simplemente bien, con sus trucos o tratos, aunque a veces sus tripitas no tanto.

Halloween es una mágnifica noche de disfraces y una extraordinaria comunión - uy, perdón - de infantes que hacen lo que saben hacer; ponerse en pandilla, acicalarse monstruosamente, ir a pedir y reirse de sus propios miedos. Y sin necesidad de entonar villancicos o de ponerse tristes por la paz mundial, que ya tendrán su tiempo y sue mentores.

Ver en Halloween una "norteamericanización" de costumbres es la conclusión simplista de la coincidencia en fechas, y de que el producto - y su marca - le han ganado su público. Porque a quien se quiere reir no le puedes poner a llorar santos o a visitar difuntos. Ni siquiera le puedes pedir que guarde silencio, aún a riesgo de que el cielo le caiga sobre su cabeza.

A los productos que no están listos...¿les llamamos también "sietemesinos?



Una de las más grandes paranoias del cine más o menos reciente es ese Number 23 protagonizado por Jim "ahora-de-risa-ahora-rarita" Carrey.
La teoría de que las cosas suman algo y que ese algo rige los destinos del mundo - o del loco atrapado en él - es gran parte del argumento de la "ciencia" de la numerología más ancestral, de muchos/as brujos/as de parrilla TV en camino de desconexión - o la audiencia en ello - y han habido no pocos guiones de cine que por completo o en parte basaban su ciencia-ficción / terror en un maldito número, y cómo todo llevaba a él.

Las marcas "numéricas" juegan a veces a eso de hacer coincidir su nombre con una serie de promociones, a las que se le da forma de campaña, y quedan - eso creen - de creativas y originales. Lo vivimos en cada mundial de fútbol u olimpiada, donde el año de celebración es un bonito número para apellidar nuevos negocios - como los bares en España - o más fácilmente, nuevos productos. Algo que funcionó más o menos bien desde el punto de vista oportunista hasta que nos vimos en esa de darle la "vuelta al contador" el siglo pasado, y muchas de las marcas que querían ser "dosmileras" vieron que no era del todo una buena idea, que mejor esperar a ver si se cumplía o no esa profecía de que las cosas o cobraban vida propia o se suicidaban...

Y ahora, esa nueva y llamada Windows 7 - o sea, otro Windows - ha forzado su comunicación hasta extremos ridículos, porque a los creativos y a los que los "brifean" les ha hecho gracia eso de usar un número - un apellido de marca - y que la gente no se olvide de él. Como si lo fuéramos a confundir con eso de "vista", con eso de XP, con eso de Leopard...

En España se han ido a lanzarlo a Sietes, un pobladillo asturiano "hijo" de la fuga campo-ciudad, como antes y en otros países, buscaron "sietes" o se los inventaron porque iban de "lanzamiento mundial". Y todo lo que sume, reste, se llame o se pueda cambiar para que cuadre, es susceptible de "windowearse" hasta que la risa pare por aluviones de quejas - y no pocas "que las migre, Rita" - problemas de seguridad, consistencia o incompatibilidad de versiones, que serán más de siete...y apostaría por elevarlo a una potencia considerable.
Los brujos dirán.

Cuando el mundo se hace pequeño, alguien debe tener la culpa



Ahora que están los dos juntitos, sonrientes y premiados, es cuando junto a nuestra más sentida reverencia deberíamos decirles eso de ¡buena la que habéis armado!.

El del móvil y el del e-mail son de esa clase de genios que simplemente han aplicado el sentido común a sus invenciones, que han observado el mundo y se han dicho para sus adentros; ¡hey, que la gente no para de hablar!.

Si uno lo piensa, hubiera estado "pispajo" y con un poco de formación técnica, ahora podría estar recogiendo el Príncipe de Asturias por su "investigación y ciencia", porque con la trampa de la retrospectiva en mente, nada más lógico en la comunicación que ponérselo fácil a los que hablan y escuchan - allá donde estén - y los que escriben y reciben - allá donde estén sus ordenadores -. Y con prospectiva, pensar en que todo esto tiene un punto común, la unión de ambos en un aparato que te llevas a todas partes. Pero lamentablemente, ya está inventado,fabricado, patentado y vendido!!!

Envidias creativas aparte, cuando se premia a los que les tocó cambiar el mundo para siempre - y no ese Obama de medalla colgada y mérito por demostrar - la reflexión "capriana" es obligada; cómo habría sido el mundo sin que esto hubiera existido. Los de cierta edad lo vivimos y casi no lo recordamos. Los de después, piensan que el mundo no era mundo.

Así pués, nada más merecido que premiar a la mentes que desde la ciencia revolucionaron las vidas de las gentes, y entre medias, se hizo el marketing. Porque esto último no es más que eso; entender bien a las personas, pero no hoy, sino mañana.

Manzanas sin gusanos, pero con diminutos topos dentro




Justo cuando Apple le estaba encontrando el gusto a esto de abrirse a los demás - con el iphone, y porque no le queda más remedio - le sale el gigantón Nokia y le denuncia por robo industrial, por ser guapo e ir "de listo", y porque en la vertiginosa carrera móvil, la meta no es que sea incierta, sino que ni se ve ni se adivina...pero el fin - si lo hubiera - obliga a justificar todos los medios, que si no se pierde.

La pataleta Nokia puede que sea motivada por los 40.000 millones de euros invertidos en I+D - buena razón - o porque las pérdidas se le aparecen por primera vez, y ya sabemos que esto en los balances finlandeses debe ser poco menos que pecado.

Lo que la robusta Nokia ve en esta violación de patentes es que si los "bonitos" además usan "el guante blanco" esto va a ser como lo de la liebre y la tortuga, pero ganando la liebre después de pasárselo bien. Y la gente apostó por la liebre.

Ahora tal vez nos expliquemos esas sonrisas de Steve Jobs en cada webseminar y esa alegría por la compatibilidad, por los estándares, por el "podéis ya venir todos a mí". Y es que de marketing, sabe un rato largo.

Ni subliminales ni tengo importantes consejos que darles...



Desde que al cine (y después la TV) le salieron los dientes, cualquier guión, cualquier escena, cualquier actor/actriz...es susceptible de hacer branding.

Los travellings en el Hollywood clásico siempre descubrían neónes, escaparates y carteles callejeros, y los actores no "tapaban" marcas de tabacos o alcoholes.

Y la tele solo ha "profesionalizado" el placement, entendiendo que no hay publicidad más creible que la del producto que se usa o rodea al actor idolatrado o siempre está en el mundo en el que vive.

Solo se trata de que el guionista tenga pericia, que piense en las tramas con mentalidad de media planner. O mejor aún, como espectador que sobre todo, consume.

Lo que se empieza con jugar a los barquitos en los charcos...




La sostenibilidad planetaria puede acarrear consecuencias bastante cochinas a poco que nos de por ahorrar agua donde no es conveniente ahorrarla, y por ende, hacer los cuartos de baño un poquito más pequeños, que empezamos quitando afrancesados bidés ... y solo queda hacer turcos orificios en la ducha.

Que sí, que es posible como dicen en la ONG SOS Mata Atlantica que usemos 4.000 litros de más, porque fuimos educados para no dejar ni rastro de agüita amarilla al siguiente, pero como se abra la veda del "ya que estoy aquí y me entran las ganas..." todo se va a reducir a una cápsula de aseo, que no precisamente aseada.

Tal vez llegó el momento de reivindicar la marca "water" en tan perezosa españolización de W.C. porque para algo se puso. O nos la inventamos previendo que el 21 iba a ser un siglo de solidarios que se perfilan un tanto guarretes.
Como les/nos dejen...

¿Y a quién le importa lo que tú hagas o digas?



Esa cosa con logo de pájaro y de la que todo el mundo habla, poca gente usa (de esa que habla) y casi nadie entiende (para qué le sirve). Eso, que se llama Twitter, que ha creado la categoría microblogging (o sea mini-blogear, sin enrrollarse, vamos) ... que es un messenger metaformeado en sms y con aspecto de web...pues eso, ya va por los 5 mil millones de tweets (los mensajitos "brandeados" de nombre de marca-madre). O al menos hasta que escribo esto, porque no hace un año iba por los mil millones...lo que si mis cuentas no fallan, ha multiplicado por cinco su uso.

Todo esto está muy bien, y explica varias cosas; que la moda, si en Internet, se convierte en una absurda avalancha; que lo que nos va es jugar a Gran Hermano pero sin cámaras, contándole al mundo (que ahora se llama "followers") nuestras vidas "al minuto", generando cantidades ingentes de contenidos que a poca gente le importa (o tan de seguido) alterándote tus biorrtitmos porque cada vivencia es publicable, no parando de conectarte, de "alertarte", de "teclearte". Y poniendo en la Red más bytes para colapsarlo todo un poco más, para que el "gran canuto" (ya sobrecargado con chorradas "youtuberas" y "flickrs" inacabables) se haga más gordo, todo rebote en sus paredes y todo vaya más lento, para que las búsquedas ni sean "precisas" ni "voy a tener suerte" y Gooooooogle siga poniendo "oes" a su nombre, ahí, a pie de su página.

Nos hemos tomado a pecho eso de que el "contenido es el rey" que el "usuario tiene el poder" que cada uno, y en Internet, es muchas cosas al mismo tiempo...y que eso hay que demostrarlo siempre. Para que se te vea más veces, para que la gente diga que eres "popular" y que te encuentra en todos los ciber-saraos, hasta en los más insospechados.

No, no tengo nada contra Twitter, ese asesino en ciernes de facebook, a no ser que esta se "twitee" un poco. Pero si me preguntan que para qué sirve, no me quedará más remedio que contar todo lo que he dicho más arriba, para no tener que dar explicaciones. Lástima que no me quepa en esos ridículos 140 caracteres...

¿Optimismo crónico o "cólico"?




Ocurre que en la vida de las marcas el paso del tiempo genera dudas razonables sobre su adaptación. Cumplen añitos, sus targets crecen, mueren y vuelven a nacer, y si además ves que tu cuota se "acota" la tentación es o la extensión por extenderse o el bonito cambio radical.
Lo de Pepsi y su logo sonriente, solución sutil, certera y brillante. Pero fogueo puro, porque en nuestra mente, a la cola de las colas.

Como si no te pesaran los años...




La historia del branding es una historia de "versus". Siempre "una contra otra" y una tercera a por las migajas.
Con el tiempo, la gente se cansa de la que va ganando, y la castiga pero no la desbanca, salvo que ella opte por suicidarse (o que lo intente).
Pensándolo bien, la que gana no solo es la que cumple, sino la que avanza sin titubeos. Un "déjame tu mente que te voy a hacer un bonito y permanente tatuaje"

Marcas en visita guiada


Una marca de lujo no es verdaderamente de lujo hasta que no tiene un museo.
No, no vale un maldito showroom, que eso ya sabemos que es un montaje rápido y que solo "empuja" producto. Un museo es un templo de culto de la marca, una visión histórica (para lo que hay que tener historia y saber contarla) y un homenaje a los que la han hecho posible.

Solo quien tiene un museo, posee el gran tesoro de su marca.

Me pregunto porqué a los de "a derechas" se les llama "diestros"


Debo confesar no haberlo pensado nunca, a pesar de que es algo de todos los días. Incluso al leer el titular, he tenido que escudriñar en toda la noticia porque no podía dar crédito ni a la solución, ni al target, ni a la oportunidad del producto.
Pero si te dicen "siempre han tenido que estirar su mano aún más en sus pantalones y
realizar una maniobra en forma Z a través de dos ángulos de 180 grados, antes de obtener el resultado que los diestros logran con facilidad" entonces y solo entonces he entendido que a los zurdos y con esto, les hemos considerado chimpancés, que llevan toda la vida haciendo piruetas, y que el marketing a veces es solidario con estas pequeñas cosas que solo parecen requerir un toque de rediseño.
Y un mucho de fijarse en los demás...o que en Hom, a uno o varios zocatos el tema ya no le provocaba risa.

A tortiñas o tortinhas



Uno de los co-brandings más esperados es el de Fernando Alonso y Ferrari, tras los tres añitos en el infierno del asturiano.

Esa travesía en el desierto que empezó en McLaren y continuó junto al "capo" Briatore - ese del "que parezca un accidente" - ha servido para sacarle los humos - más que él a su motor - y que veamos de qué pasta está de verdad hecho. Perdonamos sus rencillas con Hamilton demonizando unánimemente al británico - con algo o mucha razón - pero empezamos a cansarnos de que la culpa de no acabar carreras pudiera tenerla hasta el limpiaparabrisas, que a todos los accesorios, reglas, y gentes ha metido "en el ajo" para justificar no ser el que era.

Pues bien, se acabaron las excusas, y exigentes como somos los españoles con los que nos acostumbraron a las cosas buenas, ahí tiene cochazo para fardar, para no perder "poles"...pero vaya usted a saber si también para no perder los estribos. Que aquí viene otro brasileño protestón y que además no sabe lo que es levantar el pie del acelerador.
Toca volar y callar, amigo.

Pollito chicken, gallina hen, lápiz pencil y pluma pen



La iniciativa "a lo vueling" de Oxford University Press en la Red buscando a los spanglish-parlantes es una fórmula graciosilla de acercarse a un mercado de aburridos profesores de inglés, y de alumnos que de sus libros - y sus editoriales - no quieren saber nada, que se confían a los ratitos de Vaughan, o terminan en el forzado exilio de temporada en High School de América profunda.

Esto del English, en España y a estas edades no funcionará nunca, porque sigue usando las fórmulas que nunca resultaron salvo para aprender cancioncillas, conjugaciones de verbos irregulares, y palabras sueltas. Y eso lo saben bien las editoriales, porque ese es el juego; más libros, más niveles intermedios, y más materiales para complementar.

Suerte que marcas como Disney Channel vienen al rescate con una estrategia de eficacia probada; nada puede ser más aspiracional en un adolescente que formar parte de ese mundo. Y ese mundo se dice "world".

Ring, ring ¿qué es?



Qué bonita guerra nos ha tocado vivir con estos de los móviles (porque a mí lo de "celular" me suena a bioquímica, lo siento). Desde todos los frentes - el del software "operativo, el de la música-foto-vídeo y el de las búsquedas - los tres en liza no paran de investigar, lanzar nuevas versiones y aplicaciones, y a cada feria o webseminar, hacernos más el lío. Porque llamar, lo que se dice llamar, eso lo hace cualquiera, y además está absolutamente "demodé".

Se trata de que te sientas "conectado", para lo bueno y para lo malo. Debes blogear,facebookear, twittear, googlear, photoshopear, bluetoothear, ipodear, podcastear, excelear-wordear-powerpointear, pedospear (cuidado con leer mal
esto) pedefear (lo mismo digo) webear (esto se pone cada vez más feo)
webcamear (si ya os lo tenía dicho) gsmear (que no es hacerlo en un
sitio cartográficamente concreto) fotodigitalizar (para luego flickear)
y videocapturar (para luego youtubear).
Todo a la vez y en cualquier lugar, dejándote (y costándote) los ojos de la cara. Y eso sí, con bolsillos llenos (por hardware) pero rotos (por software). Nos tienen donde nos querían, y ahora a ver quién es el guapo que no coge llamadas.
Que te ven en todo el mundo..

De eliminar el accionar a lo maravillosa que puede ser la vida...



Los locutores en España solo pasan a la historia si son distintos, si arriesgan en el difícil arte de narrar.
Algunos lo entendieron a la tremenda, y como José María García, llamáronse a sí mismos comunicadores (no del todo mentira) pero se perdieron en el intercambio de golpes, porque todo les quedaba pequeño (hasta a él).

Pero luego está esa raza realmente creativa y entretenedora, que inventó un nuevo lenguaje y propio; Héctor del Mar en los setenta, Andrés Montes en los últimos años. Cuando "jugón" y "tikitaka" son palabras que trascienden una retransmisión, algo dice que la comunicación es más social que deportiva...

Nota: Descanse en paz, Andrés "jugón" Montes

Nanobranding o la admirable destreza para tatuar marcas en milimetros cuadrados




Al hilo de "firmar" de todo, los hay a los que la obsesión - por otros motivos - les lleva a "logotipizar" lo que se creía "ilogotipizable", para que la gente vea que es de ellos, que no se venden a otros.

Cuando el branding se convierte en esa perversión forzada que hace a la marca usar el "hierro candente" para marcar a todas y cada una de las reses - del tamaño que sean - al de marketing le hace gracia, al de producción le hace llorar, y al de logística le puedes encontrar debajo de un puente. Algo más que durmiendo.

Kellogg´s estará en cada copo, y todos mojaremos, morderemos y digeriremos en cada desayuno su marca bien puesta. Diría que hasta en las sopa, pero es poco apetecible mezclarla en avena o maiz tostado, y menos, a esas horas...

O pagan y luego piensas, o tus ideas no valen nada




En las agencias, hay obsesión por "firmar" todo, y tampoco les falta razón.
Me refiero a las marcas de agua en cada diseño propuesto, a los logotipos en todas las páginas, a los prototipos empapelados de nombre de empresa, y si se puede y cabe, hasta del creativo que lo parió.
Porque cuando se crea - de crear - se crea - de creer - la idea de que el mundo entero quiere copiar, que los clientes quieren aprovecharse y que la competencia puede en el trayecto, actuar de moderna bandolera...si es que no te ha colocado un "submarino" ahí, sentado en los brainstormings tan tranquilo. Nada que muchas agencias no hayan hecho o intentado alguna vez, que cuando se teme es porque se sabe, y cuando se sabe es porque se ha visto...y muy de cerca.

Y no es que sea patrimonio exclusivo de proveedores de ideas que cuando salen y hablan, pueden ya no ser los poseedores de ídem. En todas partes "cuecen habas".

Pero es cierto que cuando es tan endeble el "producto", a ver quién es el guapo que lo protege, que el mercado a veces es como ese Caribe de patapalos, garfios y parches.
Y más cuando el oro escasea.

Yo no creo en superhéroes desde que ví que a Mr Incredible no le abrochaba el pantalón



¿Bibendum? Solo los más viejos y los más "brandianos" saben que este es el nombre del muñeco gordo de Michelín. Un mito, un personaje gráficamente logrado, un icono que asociado a neumáticos, es también la imagen más asociada a taller. Y en castellano, eso que te sale cuando no te portas bien durante las comidas, porque te has guiado por las "estrellas". Las de Michelin.

Pocas marcas tan bien colocadas en nuestra mente y sin embargo, tan alejadas de nuestra decisión de compra. Porque seamos realistas, cuando pinchas o recambias, pones la que hay en el maletero, y si la destrozas, la michelin-firestone-bridgestone-pirelli-dunlop que te "coloque" el mecánico de urgencia, incluso - o sobre todo - no coincidiendo con lo que tu manual del coche te recomienda. Tal es el poder del canal, que se lleva todo el marketing.

Michelin, que a veces anda perdida con la tontería esa de si su muñeco debe o no adelgazar, ha visto crisis y que el coche, con la que cae, si se deja bien aparcado para qué moverlo. Y su reacción publicitaria ha sido meter al bueno de Bibendum en esa pesadilla entre Cars y Mad Max, para darse de tortas con un gran surtidor. Con un mensaje claro; que parte de la solución a tus problemas para llegar a fin de mes están en tus ruedas. O al menos en Estados Unidos, porque las filiales en el mundo ya se le han puesto a la cola para medir matizaciones en la campaña...y educadamente le dicen que está bien, que entienden a esos creativos y a los que los contrataron, pero que si no cuesta excesivo trabajo, ellas prefieren hablar de seguridad, de adaptación al terreno, de longevidad, y de algunas de esas otras pequeñas cosas que la gente curiosamente asocia a unos neumáticos y a cuando la familia va sobre ellos.

Aunque para qué tanto jaleo cuando ya sabemos que nuestras vidas, y por no pocos momentos, dependen de los mecánicos, y de lo que les dé por poner cuando les hacemos visitas...

Lo quiero rápido, incomodo y en technicolor




En un ataque retro irrefrenable, Polaroid resucita esa forma instantánea de fotografiar - de la que Kodak quiso inútilmente apropiarse - de "aquí te pillo, aquí te mato", agitar violentamente antes de revelar, y de descubrimiento de auras cromáticas desconocidas en nosotros mismos.

Es esa marca de funcionalidad clara pero de target confuso, que lo mismo retrataba los momentos estelares de la "familiaridad", como te solucionaba los castings a "toda pastilla"...si bien las más siniestras mentes la asociarán a los completos y macabros reportajes en escenas del crimen.

Polaroid significó inmediatez, y su nombre acaparó la categoría. Pero no triunfó lo que debía porque éramos más de rollos metidos en sobres amarillos, esperando a la "revelación" (muchas veces con las lágrimas lógicas de no haber enfocado bien o haber abierto la cámara antes de tiempo).

Y en este mundo podrida o felizmente digitalizado, estas máquinas de instantáneas con colores absurdos se las tendrán que ver con los super-hiper-megapíxeles, que además, se hacen solos, son de meter enbolsillos y de enviar al otro lado del mundo.

Pero como nostálgicos siempre tenemos, se harán con su mini-cuota, esa que todavía defiende la insuperable pureza del sonido del vinilo.
Hasta que se rallan...

Mucha mente, poca venta



La marca Premio Nobel lleva años en decadencia, y no digamos algunas de sus submarcas, que cuanto más científicas, más nos entran y nos salen por los oídos. Lo que hasta hace unos cuantos años era un acontecimiento mundial - de casi familia ante el televisor o muchas páginas de diario - hoy es más twitter que nunca, en el sentido más fugaz de la palabra.

Es uno de esos eventos que juegan al "prestige" pero que necesitan de la popularidad para mantenerse vivos, y lamentablemente, y con nuestra hiperinflación de "premios" reconocer los méritos de grandes mentes pero mundialmente desconocidas no ayuda en absoluto. Los nombres ya no son suficientes. Las nacionalidades - raras como eligen - tampoco acompañan. El motivo del triunfo, depende de cómo directamente afecte a nuestras vidas, a nuestro pedacito solidario, o a lo que los medios nos presenten como logro, avance o revolución.

No es que de los Nobel haya que hacer Oscars, pero hasta los suecos son capaces de hacer "Gran hermano". Le falta marketing, pero sobre todo, show business. Sin pasarse, claro…

Nota: Y tras escribir estas notas, todo el marketing del mundo y de golpe...con ese Obama de nuevo "peacemaker"...acabandito de llegar. Son suecos, y sin embargo sorprenden.

La maravillosa república independiente del tentempié y sigue luego



Que cuándo se va a Ikea se va de excursión, creo que ni el más impaciente de los compradores (tal vez yo) puede negarlo.
El concepto "un rato en Ikea" cambia costumbres (hay que encontrar el tiempo) genera no pocas incomodidades (siempre lejos, siempre gente) e incluso cuestiona el acierto en la compra de tu coche (nunca cabe). Y a Ikea raramente se va solo/a porque se necesita preguntar "qué tal queda" y no hay espejo.

En la mezcla de todo este tipo de cosas, está su marketing...ese que hace que vayas, y que cuando estés, no solo mires...que el esfuerzo en ir se entenderá mal pagado.

Y un español, como supongo que cualquier hijo de vecino, si va y echa buana parte del día, querrá comer, y sería una verdadera lástima que no nos "dieran de" o nos la dieran con cualquier cosa.
Hasta ahora, Ikea tenía de esos menús que se parecen a sus productos, baratos y que te los haces. Pero ahora cambia porque sabe que lo sueco, aún en las tapas, vende.

Por raro y por Ikea.

No se lo cuentes al carcamal de Flanders



Una de las más prodigiosas marcas (si no la más) que ha dado Norteamérica al mundo en las últimas casi tres décadas, es sin duda Los Simpson. Una familia de esterotipo yanqui llevado al límite, en una ciudad, que es una reconversión surrealista de ese Springfield que bien pudiera ser cualquier ciudad mediana en EEUU.

La genial creación de Matt Groening ha hecho por el country marketing norteamericano mucho más que cualquier marca, incluyendo a Obama. Porque los Simpson son frescura tras cientos de episodios que "repasan" los clichés y las conciencias estadounidenses, categorizando sin parangón los comportamientos de varias generaciones.

Y como los Simpson son la América misma, aplaudo esa genial idea de unir a las dos Américas mismas. Porque lo de Marge posando en Playboy en noviembre es simplemente una genialidad, sea obra de Heffner o Groening, dos poderosísimos marketinianos, dos sociólogos insuperables...

Contraseñas que parecen santos y señas, por inocencia




El "phishing attack" de hace unos días contra las cuentas Hotmail ha puesto de manifiesto varias cosas:
Primera, que muy originales no somos cuando "contraseñeamos" o tremendamente vagos, y eso que no hay cosa más difícil en un teclado de laptop que atinar y de seguido a los primeros 6-8 números (los dedos pisan alguna f perdida de las de arriba o te "escapas" sin querer).
Segunda, que nadie se lee las recomendaciones seudo-encriptadoras que te sugieren alfanumerar tus secretos, y que sostienen que a cada sitio, la suya; "para todas café" es lo que hacemos, que memorizar da pereza.
Tercera, que qué mala pata tener un apellido alfabéticamente "en pole" porque se haga la trampa que se haga, no es probable que los hackers empiecen por las "pés" (esto es algo que ya sabemos desde los exámenes orales escolares).

Algunos, alarmados, se borrarán, aborrecerán Internet, pregonarán eso del "ya sabía que esto ocurriría" y puede que les tiente volver a la gloriosa época de las cartas perfumadas...como si tampoco se abrieran.

Y a mí que entre tanto follón me habría encantado un hackeado en toda regla de las preguntas de seguridad...y saber cómo se llaman todas las madres y/o mascotas de todo el mundo.

Make them laugh!!




El turismo espacial es esa extraña carrera para millonarios que ya lo tienen todo y que buscan nuevas diversiones que parecen no ser de este mundo.
Pero más allá del viaje "bien pagado", la motivación parece no ser para ellos el demostrar a este mundo la fortuna que tienen y lo afortunados que son dando la vueltecita planetaria, sino llevar a su propio personaje allá por donde las cosas flotan, las comidas se toman con lengua, y por las ventanillas pueden contemplar si eso de Al Gore tiene algo en lo qué basarse.

No es extraño que se haya apuntado un payaso, y que se empeñe en demostrarlo. Porque de eso se trata, de ser el primero y de que los demás payasos ya no lo sean nunca jamás. Lo cual es una lección de branding personal de tomo y lomo. Veremos si los compi-astronáutas - tras la foto a pie de cohete - están por aguantarle durante horitas el viejo truco de la flor que echa agua, porque a saber dónde termina el agua en gravedad 0.

Y como se les ocurra alunizar, que no le dejen poner el zapatón sobre la huella de Amstrong. ¿Qué les explicaríamos a nuestros nietos?

Turbantes, ropa cómoda y sin olvidar los kleenex




Lo que el petróleo (o la falta de él) y las "amistades peligrosas" (en forma de dólares o rublos) no terminaron de lograr, puede que un virus, un simple virus elevado a la categoría de plaga "bíblica" (pero de las del final del libro) empiece por resquebrajar ese falso mito de la unidad árabe, esa que mete en el mismo saco a los millonetis saudíes y a los piratas somalíes, a los cobardes kuwaitíes y a los atómicos iraníes, a los "y-tu-de-quién-eres" iraquíes y a los perejilianos marroquíes.

A La Meca, siempre se ha dicho, no debe faltar "ni dios" no solo porque lo ordene ese libro llamado Corán o esa marca llamada Islam. La ausencia es la debilidad más humillante ante el monstruo gordo de occidente, ese que se lo bebe crudo y se los come a cada salida de tono.

El ejemplo de la precavida Túnez - si se atreve - se verá con buenos ojos en el hemisferio norte, pero puede avivar los fantasmas "cismáticos" entre los millones de fieles que si lo son a su dios y a su profeta, lo son un poco menos al aliado de turno, dependiendo de si el que manda lleva ropas negras, barbas blancas o prominentes bigotes. Porque como a este mundo le dé por toser...

Google Zen




Harta de comérselo todo y en pleno atracón, Google se da cuenta que ha engordado demasiadoqué reservas tiene, pero no buena figura.
Siempre llega un momento en esas marcas acaparadoras, que al mirarse al espejo - en este caso monitor - no se gusta, ve demasiadas cosas, se lía y nos la lía. Y en un instante, piensa que si sería la misma con otro aspecto, si los que la usan se lo perdonarían, si en definitiva, la entenderían.

El minimalismo tras alcanzar las más altas cotas del potpurri es una tentación creativa comprensible, solo al alcance de las marcas que hagas lo que hagas con tu mente, siempre se te aparece, como las chirivitas al cerrar fuertemente los ojos.

Google, se vuelve simple al estilo más Apple. Y a priori, se lo agradeceremos.

Un poco de fitness y un correr despavorido al embarque



El sueño dorado de un product manager es que su producto - o su conjunto de ellos - se alargue en el tiempo y se venda siempre como el primer día. Y para ello, necesita dinero y grandes dosis de imaginación. El dinero se le va siempre en publicidad - cuando puede - en repartir moneditas por el canal - como en Venecia - y en aventuras muchas veces absurdas que le conducen hacia "cobrandings" ruidosos, pero sin pies, ni cabeza, ni futuro. Y por supuesto, presionado por el inexorable paso del tiempo que todo lo arruga, surge la tentación de la extensión, que a veces se entiende como "y si le añadimos también esto" y otras como "también esto puede hacer eso". Lo cual, es sinónimo de parche.

En raras ocasiones es el cliente el que da ideas suficientemente convincentes como para hacerle cambiar de estrategia, porque en eso, el cliente no siempre tiene razón...o por lo menos él no está ahí para dársela, faltaría más. Pero si un nuevo cliente tiene la brillante ocurrencia de hacer un uso insospechado del producto, estos usos tienen un efecto multiplicador inmediato y además no implica ni rediseñar, a ese product manager le ha tocado la maldita lotería, y si es un poco listo, el marketing ya no lo hará de producto sino de su sempiterna mente inquieta que una vez más, da con soluciones.

Lo de WiiFit y su posible aplicación en los sistemas de seguridad de aeropuertos en Estados Unidos suena a programa de "cámara oculta", pero si el tema funciona, es posiblemente una de las más asombrosas ideas de marketing creadas en los últimos años, y con un producto que está en la "cresta de su ola".

Becas en las colonias



Hace dos años, algunas empresas desesperadas en el Salón Inmobiliario de Madrid "regalaban" hipotecas, el importe de entrada para compra de apartamento, o incluso casas completamente amuebladas en "ruletas de la fortuna" que habían habilitado en sus stands. El mercado no es que pintara mal, es que se había desvanecido casi por completo.

Años después, y en otro mercado que se evapora, el de los niños nuevos, la marca Nenuco ha entendido que en este gran juego de la promoción hay aspectos específicos que la hacen más creíble y tal vez más interesante; primera, que el premio, si es de largo recorrido y se entrega dosificado, crea la percepción en el consumidor de inversión (los bancos ya lo hicieron con la campaña "gana un sueldo durante un año"); y segunda, que el premio, si se ajusta a lo que la marca defiende (o colateralmente) refuerza la causa de la propia marca, con lo que crea en esta la impresión de la reinversión continuada (aunque hasta que el consumidor quiera).

Ganar la "educación de tus hijos" es uno de los mayores regalos emocionales que se puede dar a unos padres que no saben hasta cuando conservarán su empleo, ni cuantas veces deberán cambiar a sus hijos de escuela según vengan dadas.

Toma el dinero, corre y olvídate de lo del millón de amigos




Recuerdo que en mis recientes clases en Méjico y hablando de facebook, se suscitó la sempiterna polémica de la inseguridad, que en Internet y desde que la web es web y te piden nombres y numeritos para poder pagar, se llama "identidad expuesta”; o para que nos entendamos, "quedarte con el culo al aire". La discusión "mejicana" y tal vez la explicación de la desigual penetración allí de la red de redes - lo que de verdad es ya este "libro de caras" - se apoyaba en diversos casos que se habían producido con el intento de secuestro de menores, que confiados e inocentes ellos, proporcionaban datos suficientes para que los malhechores ataran cabos. Ya se sabe, que si vivo aquí, que si estudié allí, que si me gusta hacer esto y en aquel lugar...
Ese es el lado tenebroso del asunto, y por el que muchos padres ponen trabas a que sus hijos se "enreden" sin reparar en que lo que hace falta es que se callen ciertas cosas, porque la familia así lo quiere.

Pero el tema no es tan sencillo como hablar con la boca chica o decir medias verdades. El problema es el vicio que se crea al no poder parar de hacer amigos, que los amigos llevan a amigos que no lo son tanto, y además, estos puede que sepan toda la verdad y nada más que la verdad....sobre uno mismo.

Tal es el caso de este camerunés escondido en Méjico - fíjate - que aparte de ser criminal y fugitivo le daba al facebook, y lo de hacer amistades virtuales le debía hacer gracia. Sin pensar siquiera que tras algunas de esas caras tan monas e inofensivos y que suman y siguen, se pueden esconder los más chivatos.
O cotillas, como lo somos todos en esto.

Cool o como quieras mezclarlo




A ver si nos aclaramos de una vez con lo que llamamos "cool". Los norteamericanos (más que los británicos) en una de las acepciones de la palabra, la emplean en algo así como en España utilizamos "mola" o "molón/molona", ... aunque esto suena casi más antiguo que "atiza". Cuando se lleva al terreno de las marcas, "cool" no es "estiloso/a" ni "lujoso/a" sino esa imagen que se crea sobre lo que se lleva, se destaca, se diferencia, entendiendo por diferenciación no el posicionamiento momentáneo, que eso, cualquiera con un atracón de publicidad.

Por esa razón, sigo sin entender - y ya van años - que en un mismo ranking las "churras" como iphones, ipods o wiis y las "merinas" como astonmartins, donperignones, ferraris o incluso rolexes, las pretendamos hacer pelear en el mismo campo de batalla, cuando a las merinas esto debe sonarles a insulto, y a las churras, tras el piropo inicial fruto de un análisis branding más que dudoso, es para hacérselo mirar, si de verdad van de modernas.

Pero a nosotros esto debe hacernos "plin" y tal vez preocuparnos más por el por qué narices a lo rabiosamente actual no se le llama "hot", que tiene más sentido.